Ya nadie me lee, ni nadie me recuerda. Ni siquiera yo misma.
Comencé a olvidarme de lo era, de lo que creía y de todos mis sueños.
Me alejé de todas las personas que alguna vez se preocuparon por mi.
Ya ni siquiera se quién soy, no se quien dejé de ser y no se en quien me he convertido.
Ojalá algún día pueda regresar, a veces siento que lo consigo.
Comienzo a ser yo misma y siento que tal vez nunca dejé de serlo.
Pero otras veces siento que he arruinado mi vida con cada mala decisión que tomé.
Malas decisiones comete cualquiera.
Pero tu fuiste ese karma que aún me atormenta por las noches.
Fuimos de extraños a alguien por conocer;
pasamos de conocidos a mejores amigos;
de una vida entera al mayor engaño del siglo;
del peor error de mi vida a ojalá nunca te hubiera conocido.
Y así sucesivamente, no me canso de decir que fuiste mi mayor contradicción.
Y que triste cuando se termina así, extrañando, doliendo, odiando y queriendo.
Todo al mismo tiempo.
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